

En la Argentina, un proceso de transformación silenciosa redefine el papel de más de 1.200 cooperativas eléctricas. Tradicionalmente encargadas de garantizar el suministro de energía en vastas áreas rurales y localidades a menudo desatendidas por las grandes empresas, estas entidades están embarcadas en una diversificación, incursionando con fuerza en el mercado de la conectividad.
Cómo es la nueva apuesta de conectividad de las cooperativas eléctricas rurales
Esta evolución no es fortuita; responde a una confluencia de factores, incluyendo el aumento sostenido de los costos operativos, la quita gradual de subsidios y la imperiosa necesidad de modernización para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
Aprovechando su extensa infraestructura eléctrica ya desplegada, estas cooperativas posicionan en forma estratégica sus postes y redes como el cimiento para una nueva generación de servicios de telecomunicaciones. La oferta es variada: abarca Internet por fibra óptica, televisión paga y servicios inalámbricos.
Este movimiento no solo representa una valiosa oportunidad de negocio, sino que también cumple una función social crucial: reducir la brecha digital en aquellas zonas donde las grandes compañías de telecomunicaciones (telcos) mostraron tradicionalmente poco interés en invertir debido a la densidad poblacional baja o la complejidad geográfica. De esta manera, las cooperativas eléctricas consolidan su influencia y relevancia creciente en el ecosistema de la conectividad nacional.
Según información proporcionada por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y la Federación Argentina de Cooperativas de Electricidad (FACE), estas cooperativas tienen un impacto directo en la vida de más de 8 millones de personas a través del suministro eléctrico y atienden a aproximadamente 4 millones de familias con una gama diversificada de otros servicios.
La provincia de Buenos Aires, con más de 200 cooperativas, es un ejemplo de este modelo, donde un millón de usuarios se benefician de sus servicios y cerca del 30% de los accesos residenciales a Internet en esas localidades son gestionados por ellas.
Santa Fe tiene 267 licencias TIC en manos de cooperativas, cubriendo el 40% del territorio provincial y proveyendo conectividad a casi un millón de habitantes. El 68% de estas cooperativas santafesinas ya desplegaron fibra óptica hasta el hogar (FTTH, sigla en inglés), una tecnología que garantiza alta velocidad y estabilidad.
En este ecosistema dinámico, Colsecor, una cooperativa de segundo grado que nuclea a unas 140 entidades, emerge como un actor fundamental. Su rol es vital al ofrecer acceso a contenidos audiovisuales a través de su plataforma Sensa, permitiendo a las cooperativas de primer grado brindar un servicio de TV pago completo y competitivo.
De la deuda al superávit: el caso de la Cooperativa Eléctrica de Gualeguaychú
La historia de la Cooperativa Eléctrica de Gualeguaychú (CEG), con sus 80 años de trayectoria en esa ciudad entrerriana, es un testimonio de resiliencia y visión estratégica. En menos de tres años, bajo la presidencia de Nahuel Otero, la entidad logró revertir una situación financiera que parecía insostenible, pasando de un déficit de más de 500 millones de pesos a un superávit de 2.300 millones de pesos. Este giro fue impulsado por una reconversión en una cooperativa multiservicios, desafiando el modelo tradicional y apostando por la diversificación.
El primer pilar de esta transformación fue la implementación de un centro de datos con tecnología de la empresa china Huawei, sentando las bases para ofrecer Internet por fibra óptica al hogar a través de su flamante unidad de negocio, Ecotel.
En un lapso corto, Ecotel logró captar 500 clientes, ofreciendo planes de hasta 200 megas y un servicio de televisión integral gracias a su alianza estratégica con Colsecor y la plataforma Sensa. Los planes de expansión de Ecotel son ambiciosos, incluyendo la incorporación de un canal de TV local y la provisión de servicios de televisión satelital para ampliar aún más su alcance.
Sin embargo, la diversificación de la CEG trasciende las telecomunicaciones. La cooperativa tiene previsto el lanzamiento de Medicoop, un plan de telemedicina que promete acercar la salud a sus asociados. También inaugurará salas velatorias con tarifas accesibles, ofreciendo un servicio esencial a la comunidad.
Mirando hacia el futuro, la CEG también avanza en productos y servicios de la Internet de las cosas (IoT, sigla en inglés) para el sector agropecuario, seguros patrimoniales y personales en alianza con el Banco Credicoop, servicios de certificación digital con Encode, la instalación de estaciones de carga para vehículos eléctricos y, en un paso hacia la integración vertical, la creación de una fábrica propia de columnas de cemento.
El objetivo subyacente de todas estas iniciativas es fidelizar al socio, ofreciéndole descuentos y ventajas exclusivas, y consolidar a la cooperativa como el epicentro de una vasta gama de servicios comunitarios esenciales.
Cooperativas por un futuro sustentable
La Cooperativa de La Paz, fundada en 1957, encarna el espíritu original del cooperativismo: nació para garantizar el suministro eléctrico en una extensa zona rural en torno a esa ciudad entrerriana. Su presidente, Salvador Valdez, resaltó el desafío que implica operar en un territorio con una marcada dispersión poblacional y los consiguientes altos costos de infraestructura y mantenimiento.
A pesar de estas dificultades, la cooperativa demostró una visión de futuro al diversificarse hacia las telecomunicaciones en el año 2000, impulsando activamente la conectividad mediante la fibra óptica. Hoy, cubre el 98% del casco urbano, atendiendo a 3.100 usuarios de Internet y 2.100 de televisión, gracias a su acuerdo con Colsecor.
También brinda conectividad gratuita a escuelas, hospitales y comisarías. Además, expandió su señal de Internet y TV a la localidad santafesina de San Javier, trascendiendo las fronteras provinciales.
Frente a la competencia de los grandes operadores de telecomunicaciones, la Cooperativa de La Paz valora y capitaliza su cercanía con el asociado y la capacidad de ofrecer una atención inmediata y personalizada. Busca ampliar su base de clientes a 4.000, realizar inversiones significativas en energía solar para reducir sus costos operativos y, al mismo tiempo, contribuir a la sostenibilidad ambiental, e incorporar medidores inteligentes para optimizar la gestión de la red.
El objetivo final es destinar los excedentes generados por el servicio de Internet a la inversión en energías renovables y otras tecnologías innovadoras que permitan ofrecer una energía más barata y, fundamentalmente, sustentable para las futuras generaciones.





