Hay muchas palabras japonesas que están repletas de significado. Marcos Cartagena es un escritor y conferenciante que conoce la filosofía japonesa de primera mano, cultura que ha plasmado en un libro titulado “Las 87 palabras más bellas y sabias de Japón“. Hace unos días, su tocayo le invitó al pódcast de Fitness Revolucionario para hablar sobre la cultura de los japoneses a través de las palabras.
La cultura japonesa a través de 10 palabras

Datsusara: dejar un trabajo como asalariado para emprender un proyecto personal o un camino diferente
Esta término procede de “Datsu” (escapar o liberarse) y “susara” (asalariado de oficina). Tiene cierta similitud con el concepto Ikigai porque el fin último es encontrar algo en lo que invertir tu energía y hacer que las piezas del puzle encajen.
“Renuncio a algo que me da estabilidad y me permite vivir cada día, pero no me mueve en absoluto” es como define Marcos Cartagena este concepto. Sería dejar ese “trabajo nutricional” que te da dinero para vivir, pero no te da un sentido y romper con la vida que llevabas para cumplir con algo que tenga un propósito.
Ishinfuran: mente enfocada
Este concepto hace alusión a la ausencia de caos o ausencia de confusión. Tiene cierta similitud con el término “flow” que indica que entramos de lleno en una tarea y no vemos nada más. Consiste en hacer algo con todos los sentidos. Estar 100% en eso y no estar distraído en otras cosas.
Tsundoku: comprar libros y dejarlos acumularse en casa sin leerlos
El escritor Nassim Taleb utiliza el concepto antibiblioteca para hacer referencia a ese punto en el que abarcar libros que luego no leemos. La filosofía japonesa busca reducir las tareas a aquello que somos capaces de abarcar. En el pódcast de Fitness Revolucionario, ambos Marcos dejan la siguiente frase: “los libros que leemos nos hacen más sabios y los que no leemos nos hacen más humildes porque nos enseñan todo lo que nos falta por aprender”.
En definitiva, este concepto japonés viene a decir que se puede hacer todo, pero no todo a la vez. A todos nos ha pasado eso de acumular libros o cualquier tarea que no vamos a ser capaz de hacer. En lugar de frustrarnos por ello, debemos ser conscientes de que cuanto más hagamos, más nos quedará por hacer.
El eterno aprendiz, Sho sin sha, va en la línea el concepto Tsundoku y con la humildad de ser siempre aprendiz porque nunca terminaremos de saber nada. Cuando más sabes, más cuenta te das de lo poco que sabes.
Nankurunaisa: de alguna manera llegará a ser
“Cuando nos ocurre un revés que nos afecta, el tiempo nos dará una perspectiva diferente”, comenta Marcos Cartagena. El escritor pone un ejemplo con una cartulina negra que situamos frente a nuestra cara. Al principio lo vemos todo negro, pero con el tiempo se va alejando hasta que lo que veíamos como oscuro y sin salida queda en la lejanía como un simple punto.
“Esto dentro de un tiempo no va a ser nada”, comenta Cartagena, poniendo otro ejemplo con la caída de nuestro móvil nuevo. Al principio podemos comenzar a decirnos que somos un desastre, que lo hacemos todo mal, que tenemos mala suerte… pero, ¿cuánto tiempo dura?
Agatsu: victoria sobre uno mismo
En lugar de mejorar la marca de otra persona, lo ideal es ganarnos a nosotros mismos. Cuando competimos con nosotros mismos para superarnos, y ponemos el foco en lo que depende de nosotros, comenzamos a mejorar desde un aspecto positivo.
Otra de las pepitas de oro en forma de frase que comenta Marcos es que “los éxitos ajenos son una fuente de inspiración, no una fuente de competencia”. Esta frase se la repite a él mismo cada mañana. En esta línea existe una palabra que a mí me encanta: coopetición.
Maemuki: en dirección hacia delante
No significa que no mires hacia atrás, sino en que te enfoques hacia el futuro y a lo que puedes modificar. Al mirar atrás podemos aprender de lo que hicimos bien, y más aún de lo que hicimos mal. El problema llega cuando nos quedamos anclados en esos errores y gastamos nuestro tiempo en ello en lugar de centrarnos en el futuro.
“¿Qué va ser lo bueno de hoy?”, es otra de las frases y preguntas que Cartagena se hace cada día. Marcos Vázquez apunta en este concepto una frase llena de sentido: “nos hacemos viejos cuando tenemos más recuerdos que sueños”. Se viene a referir a esa acción de planear a futuro.
Arudamama: lo que hay es lo que es. La realidad es la que es
Aceptar que las cosas son como son es la única forma de pasar página. Esta palabra hace alusión o no enfadarnos u ofuscarnos por cosas que son de una manera determinada. ¿De qué te sirve quejarte del calor en verano o del frío en invierno? Al aceptar que el verano es caluroso y el invierno es frío entendemos que hay cosas que están fuera de nuestro control.
Nagare: la corriente que fluye
Esta palabra se basa en el flujo del agua en la naturaleza. El agua de un río sabe donde va porque tiene un cauce, pero hay muchas piedras en el trascurso, cambios de dirección y curvas sinuosas que tiene que ir aceptando y sorteando.
Los objetivos funcionan de esa misma forma: hay que fijar un objetivo y tener un rumbo, pero aceptando que habrá giros y obstáculos en el camino. Al igual que el agua no se detiene, se enfada y deja de avanzar, nosotros podemos hacer lo mismo.
Seijaku: calma en medio del caos
Una mente que se enfrenta con calma a eventos adversos tiene mucho ganado. El miedo o cualquier emoción pueden nublar nuestra visión y empeorar nuestras cualidades. Enfrentarnos a esas emociones con sosiego nos ayudará a tener mejores resultados siempre.
Makko shobu: pelea a muerte
Afrontar los retos de frente con valentía y sin esconder la cabeza. “A veces intentamos evitar el problema y mirar hacia otro lado”, comenta Cartagena. El inconveniente es que cuando sacamos la cabeza del escondite, el problema sigue ahí hasta que nos enfrentemos a él.
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Imágenes | Marcos Cartagena (web oficial)