Euphorbia resinifera es la planta tipo cactus originaria del norte de África cuyos tallos producen una resina extremadamente picante e irritante: la resiniferatoxina (RTX). Varios grupos de científicos están explorando cómo se puede utilizar la RTX para manejar el dolor crónico intenso que sucede en algunos casos de cáncer avanzado. ¿Qué hallazgos han tenido hasta la fecha? ¿Qué es la RTX? ¿Es segura y eficaz? ¿Qué impacto podría tener en la calidad de vida de las personas con dolor por el cáncer?
Resiniferatoxina (RTX): una herramienta prometedora para aliviar el dolor del cáncer

El dolor crónico intenso es uno de los problemas más difíciles de manejar en el cáncer avanzado, y en aproximadamente un 15% de pacientes ni siquiera las dosis más altas de opioides logran controlarlo. Frente a esta situación, científicos están explorando tratamientos innovadores como la resiniferatoxina (RTX).
Estudios recientes indican que una sola inyección de RTX puede reducir significativamente el dolor oncológico y la necesidad de morfina y otros opiáceos.
¿Qué es la resiniferatoxina (RTX)?
La RTX es un compuesto natural ultrapotente extraído del Euphorbia resinifera, una planta suculenta similar a un cactus que crece en Marruecos y otras regiones del norte de África. Químicamente es conocida por ser el análogo más potente de la capsaicina, la sustancia picante del chile.
Sobre la capsaicina escribimos algunos artículos anteriormente en Vitónica por su posible efecto en el rendimiento deportivo, lo que indica que las sustancias picantes están vinculadas a diferentes beneficios.
La RTX ostenta el récord de ser la sustancia más picante del mundo, con alrededor de 15.000 millones de unidades en la escala Scoville (muy por encima de cualquier ají o salsa picante). Esta característica “ultra-picante” se debe a su potente efecto irritante sobre ciertas neuronas sensoriales.
¿Por qué puede ayudar a disminuir el dolor crónico en el cáncer?
En el cuerpo, la resiniferatoxina se une y activa de forma extrema unos complejos receptores (los receptores TRPV1). El lugar en el que se encuentran dichos receptores está en una subpoblación de neuronas encargadas de transmitir las señales de dolor y sensaciones de calor.
Si has probado alguna vez alguna salsa picante, un chile habanero o algo similar, puede que hayas roto a sudar rápidamente. Esta situación se explica por el mecanismo que acabamos de comentar en el párrafo anterior.
Siendo muy reduccionistas, para no entrar en complejos mecanismos del sistema nervioso, la RTX sobrecarga ciertas neuronas y hace que sean incapaces de transmitir señales de dolor. Es como si RTX desconectara los cables del dolor, pero manteniendo el resto de señales nerviosas (el resto de cables).
Esta situación hace que la RTX sea muy interesante porque no anestesia toda la zona, como otros opiáceos o sustancias, sino que apunta específicamente a las vías del dolor dejando el resto sin alterar.
RTX en pacientes oncológicos

En pacientes con cáncer avanzado, especialmente aquellos con dolor oncológico intratable (que no responde bien a los analgésicos convencionales), la resiniferatoxina se está investigando como una forma de bloquear las señales de dolor en su origen.
Debido a que las terminaciones nerviosas del dolor por cáncer (por ejemplo, tumoraciones en órganos o huesos) transmiten sus señales a la médula espinal a través de neuronas específicas, RTX puede aprovechar ese circuito: se inyecta directamente en la zona de la médula espinal donde llegan esas señales, para “apagarlas” antes de que suban al cerebro.
En el estudio clínico más reciente, los médicos aplicaron RTX mediante una única inyección intratecal (es decir, una inyección en el líquido cefalorraquídeo de la columna vertebral, a la altura lumbar) en pacientes con cáncer avanzado y dolor intenso.
Administrada de este modo, la sustancia entra en contacto con las fibras nerviosas de la médula que transmiten el dolor desde las regiones afectadas por el tumor. RTX inactiva selectivamente esas fibras, impidiendo que las señales dolorosas alcancen el cerebro, que es donde finalmente “sentimos” el dolor.
El efecto es comparable a cortar la comunicación del “cable” del dolor: el estímulo doloroso puede seguir ocurriendo en los tejidos dañados, pero al no llegar eficazmente al cerebro, el paciente deja de percibir ese dolor intenso. En el ensayo clínico citado anteriormente, se reportó un alivio significativo del dolor de forma casi inmediata después de una inyección de RTX.
Los hallazgos mostraron que el tratamiento logró una reducción sustancial del dolor: la intensidad del “peor dolor” que sentían los pacientes disminuyó en promedio un 38% tras la inyección, comparado con sus niveles previos. Además, los pacientes pudieron recortar aproximadamente 57% de la dosis de opioides que necesitaban diariamente para controlar su dolor.
Si lo vemos únicamente por encima y lo tratamos como datos nos perdemos lo más importante: tras el tratamiento, varios pacientes pudieron volver a relacionarse con sus seres queridos y participar en conversaciones y actividades cotidianas, ya que ya no tenían que permanecer sedados largas horas por la medicación para el dolor.
Reflexión final
Este enfoque no cura el cáncer, desde luego, pero proporciona una herramienta nueva para el manejo paliativo del dolor, haciendo más llevaderos los síntomas en etapas avanzadas de la enfermedad.
Los opioides siguen siendo por ahora la herramienta más eficaz y ampliamente probada para el dolor oncológico severo, mientras la resiniferatoxina avanza en investigación. Por lo tanto, queda aún mucho camino por avanzar en esta línea, aunque tiene gran potencial.
Referencias
Mannes AJ, Heiss JD, Berger A, Alewine CC, Butman JA, Hughes MS, Rabbee N, Hayes C, Williams TS, Sapio MR, Iadarola MJ. Treatment of Intractable Cancer Pain with Resiniferatoxin – An Interim Study. NEJM Evid. 2025 Jun;4(6):EVIDoa2400423. doi: 10.1056/EVIDoa2400423. Epub 2025 May 27. PMID: 40423401.
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