
Ya fuera del gobierno Elon Musk no le tembló el pulso a la hora de criticar a Donald Trump. El magnate que decidió volver a hacerse cargo de sus empresas que entraron en una fuerte crisis, dijo la semana que estaba decepcionado con su ex jefe pero ahora fue más allá y calificó el proyecto de ley fiscal de Trump como “una abominación repugnante”.
Musk criticó lo que llamó “el gigantesco, escandaloso y privilegiado proyecto de ley de gastos del Congreso” en la primera declaración fuerte contra el gobierno desde que abandonó su cargo la semana pasada. “Qué vergüenza para quienes votaron a favor: saben que lo han echado a perder. Lo saben”, lanzó el dueño de X.
Las declaraciones del ex funcionario de la Casa Blanca se produjeron pocas horas después de que Trump criticara al senador republicano Rand Paul, un acérrimo conservador fiscal, por su oposición a la propuesta legislativa, que el presidente describió en sus redes sociales como un “Gran Proyecto De Ley De Crecimiento”.
La legislación fue aprobada por la Cámara de Representantes el mes pasado por tan solo un voto y actualmente se encuentra en el Senado. El proyecto de ley ha sido criticado por defensores de la responsabilidad fiscal por añadir billones de dólares a la deuda nacional en un momento en que los inversores ya muestran preocupación por el creciente déficit estadounidense.
Musk fracasa en el intento de cortar los gastos y deja el gobierno con críticas a Trump
Para el ex titular de la Oficina de Eficiencia Gubernamental (DOGE) este proyecto atenta contra su política de recorte de gastos y por eso una mala iniciativa.
La secretaría de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo ante la consulta de los medios que “el presidente ya sabe la postura de Elon Musk sobre este proyecto de ley. Esto no le hace cambiar de opinión. Es un proyecto de ley grande y hermoso, y él sigue defendiéndolo”.
La relación de Musk con Trump se fue desgastando con el tiempo. La excesiva centralidad del dueño de Tesla en decisiones de Estado y reuniones de alto nivel generó una crisis interna con funcionarios claves de la Administración Republicana como Marco Rubio.
El Secretario de Estado ganó terreno con la caída de Maurice Claver Carone y la salida de Mike Waltz como consejero de Seguridad Nacional, área que Rubio terminó absorbiendo.
Como adelantó LPO, el diagnóstico que escucharon senadores mexicanos que viajaron a Washington: “Marco Rubio es el secretario de Estado más poderoso en años, controla la diplomacia, funge como consejero de Seguridad de la Casa Blanca, ejerce los recursos de cooperación del USAID y hasta le ganó la batalla a (Elon) Musk, que está prácticamente afuera”.
En su accidentado paso por Washington, Musk no logró domar a la política ni el déficit y sus ambiciosas promesas de usar la inteligencia artificial para implementar un revolucionario y eficiente plan del gasto del Estado, se estrellaron contra la pared.
Lo cierto es que para Trump, este proyecto es la posibilidad de relanzar una gestión que empieza a ser cuestionada, con fuertes fracasos internacionales y una progresiva caída en las encuestas.