
Maximiliano Pullaro buscará tomar en el mercado de crédito de Estados Unidos el mayor endeudamiento de su historia para financiar las obras de infraestructura anunciadas y en trámite. El objetivo es obtener mil millones de dólares en lo posible antes de julio, cuando la actividad en Wall Street se frena por el verano boreal, o antes de las elecciones nacionales de octubre para evitar que los resultados puedan generar alguna conflictividad que supongan algún tipo de fricción con el gobierno nacional, que debe suscribir como condición inexorable los acuerdos convenidos.
El gobierno santafesino vuelve a apostar a la deuda internacional en un momento de dificultad que no disimula pero con objetivos de política pública que se distancian de las líneas de los libertarios. El planteo es financiar obra pública que reactiva el mercado interno y que es fundamental para obras esenciales para los intereses nacionales, como la infraestructura vial hacia los puertos del Gran Rosario, por donde sale a ultramar casi el 80 por ciento de la producción granaria nacional.
Lo hace además mostrando recientes números críticos de recaudación y transferencias nacionales que, a criterio de los funcionarios de Economía provincial, no dejan opciones si se quiere avanzar en lo proyectado. Que incluye tendido eléctrico de alta tensión para el sector industrial, la construcción de siete gasoductos para asistir con gas natural a casi un centenar de localidades y obras hospitalarias.
En la palestra pública tanto Pullaro como su ministro de Economía, Pablo Olivares, indican que Santa Fe tiene un perfil que puede ser irritativo o incómodo para la Casa Rosada. “Tenemos equilibrio, inversión pública y no le pedimos a nadie”. Lo que suman ahora, entre bambalinas, es la constatación de que el presente es cada vez más desalentador para las provincias. Y que lo que pueda aparecer de una eventual recuperación económica no se va a repartir.
La situación de las finanzas públicas de Santa Fe, admiten desde el Ministerio de Economía provincial, no pasan ningún sobresalto porque hay eficiencia en el gasto operativo. Pero los ingresos a la tesorería no paran de declinar. Si se compara marzo/abril con mismo período de 2024 el panorama es mejor pero esa fase era la más crítica con una devaluación drástica al inicio de la gestión Milei. Pero si el contraste es con mismo período de 2023 los ingresos provinciales son notoriamente peores en términos reales.
¿Por qué? Porque por disposiciones tributarias y manejos contables del equipo económico nacional Santa Fe recibió, como todas las demás provincias, menos en la coparticipación de ganancias. La provincia, que esperaba obtener 230 mil millones de pesos, cobró 120 mil millones de pesos menos de lo esperado. También porque la redefinición de anticipos de impuestos a las Ganancias termina dejando más dinero a las empresas que a los gobernadores. La reformulación de los pagos implica que los tesoros provinciales pierden porque bajó el saldo a pagar. Asimismo se dejaron de utilizar los saldos técnicos de libre disponibilidad del IVA de importadores, que hace bajar la recaudación e impacta en lo transferido.
Este panorama implica un panorama crítico para obras que ya están proyectadas y anunciadas. La dimensión restringida del mercado de capitales local impulsa a Santa Fe a ir a Wall Street. Para eso ya ingresó al Senado de la provincia un proyecto denominado Autorización de crédito público para financiamiento de obras para solicitar autorización. Según el gobierno de Pullaro ya captaron señales positivas de bancos de inversión. Lo avala la historia crediticia de la provincia, el cumplimiento puntual del repago de los compromisos y un panorama fiscal austero en su deuda en relación a recursos y gastos.
Acuerdos, distinciones, tensiones
Hay en Santa Fe un doble juego ante el gobierno nacional que intentan manejar tácticamente pero sin imposturas. Van levantando el nivel del roce con la Casa Rosada que cuando la coyuntura lo exija puede ser confrontación. Pullaro mandó a sus legisladores a acompañar prácticamente todas las medidas legislativas de Milei. Pero buscan resolver obras locales, básicamente las viales en los puertos del Gran Rosario, que generan congestionamiento año tras año, y conflictividad en las localidades vecinas.
Para tomar deuda por mil millones de dólares requerirán que el gobierno nacional ponga el gancho. Piensan que eso será posible mucho menos porque Milei mismo acaba de tomar 20 mil millones de dólares que por la necesidad de que el tesoro nacional capture divisas del cereal que sale de los puertos locales. ¿Y si alguna fricción adormece el aval nacional al endeudamiento santafesino? “No creemos que quieran que a los camiones les cueste llevar la soja al puerto”, bromean los funcionarios santafesinos. O no tanto. También está la ley de Responsabilidad Fiscal de la que Santa Fe es suscriptora. “Salvo que eso deje de convenirnos”.
Santa Fe tiene antecedentes en toma de deuda en mercados secundarios de crédito. En 2017 lo hizo en el gobierno de Miguel Lifschitz por 250 millones de dólares con bonos que ahora la actual gestión busca recomprar. Hay vencimientos en noviembre de 2025, 2026 y 2027 y la ventaja para el tesoro es que si la cancelación es ahora se pagará menos y la deuda del tesoro disminuirá. El rescate además supone un buen estímulo para ofrecer a los viejos tenedores el nuevo título que Santa Fe busca suscribir.
Pullaro emite bonos por 50 mil millones para reparar los accesos a los puertos que no hace Milei
La provincia también tomó 50 mil millones de pesos en abril del año pasado a un plazo de 36 meses en coordinación con la Bolsa de Comercio de Rosario. “Nación nos está invitando a repensar y ser creativos porque con esta consigna de que no hay plata no nos podemos quedar con los brazos cruzados”, deslizó entonces con un matiz irónico el ministro de Desarrollo Productivo de la provincia, Gustavo Puccini.
El pullarismo pondera el equilibrio fiscal en cada tribuna pero está convencido de que la Casa Rosada tiene una vocación doctrinaria del ajuste por el ajuste mismo, pero que su modelo tiene limitaciones insuperables y que por eso si hay recuperación económica los frutos del reparto a las provincias llegarán poco y nada. “Somos una realidad incómoda para el gobierno nacional. Si una provincia grande muestra que puede tener inversión pública con equilibrio lo es, porque nosotros no decimos que el precio de las cuentas ordenadas sea anular la inversión pública”, indican en el gabinete.
Aunque no están planteadas en el proyecto legislativo, los mil millones buscados en Wall Street se piensan para un paquete de obras que incluye la tercera vía de la autopista Reconquista a Avellaneda, segundo tramo de los gasoductos regionales, obras viales en Rosario, repavimentación de la ruta 96 que es paralela a la transitada 33, la terminación del Hospital Regional sur y desarrollo de obras de energía de alta tensión para el sector industrial.