JP Morgan, el principal banco de inversión de Estados Unidos, se declaró gratamente sorprendido por la continua reducción de la tasa de inflación en la Argentina.
Un análisis del departamento de investigación en mercados emergentes firmado por los economistas Lucila Barbeito y Diego Pereira precisó que el 2,4% de inflación del mes de noviembre estuvo 0,3 puntos por debajo de su pronóstico del 2,7%, en buena medida debido a la variación negativa (deflación) de los precios estacionales, que tuvieron una caída del 1,2% en el mes.
En base a los nuevos datos y su análisis, la entidad que también elabora el famoso índice de riesgo-país (EMBI, Emerging Markets Bond Index) calculó ahora que la tasa de inflación cerrará este año en 118% y proyecta hacia fin de 2025 una tasa de inflación anual del 25%, con lo que el gobierno de Javier Milei prácticamente habrá reducido nueve veces la tasa de inflación anual de 2023, que fue del 211 por ciento. El pronóstico, además, es cercano al cálculo que el gobierno escribió en el Presupuesto del año próximo: 18,3 por ciento.
El análisis de JP Morgan destaca que la inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos, también mostró una desaceleración, al situarse en 3% mensual, medio punto porcentual por debajo del 3,5% del mismo índice en octubre. Y destaca también que la inflación de alimentos se redujo al 0,9% mensual, la cifra más baja desde mayo de 2020, gracias a una significativa deflación en los precios de las verduras frescas, que en promedio cayeron 11% y en el caso de los tomates fue de nada menos que 31,7 por ciento.
Inflación por sectores
En cuanto a otros sectores, los precios de Ropa y calzado disminuyeron a un 1,9%, y los de Transporte aumentaron un 3,4% debido al alza de los combustibles, producto de la política oficial de alinearlos con los precios internacionales y reducir la cuenta de subsidios, uno de los ítems que durante el gobierno anterior engrosaron el déficit fiscal.
De todos modos, JP Morgan precisó que la variación de los precios regulados se mantuvo en 3,3%, influenciado por los incrementos en los planes de medicina prepaga y las tarifas de agua y energía, entre otros servicios.
El banco norteamericano destacó también que el ministerio de Economía se está acercando a una desaceleración de la tasa de deslizamiento del tipo de cambio oficial, el llamado “crawling peg”, del 2 al 1% mensual, por lo que señala que la inflación mensual se desacelerará también, a un ritmo del 2% mensual en el primer trimestre del año próximo. Esa tasa, precisamente, sería consistente con una inflación anual del 25 por ciento.
La tasa de noviembre fue la más baja desde julio de 2020, en plena pandemia, cuando todavía regían amplias restricciones al movimiento de las personas, en un año en que el PBI se retrajo nada menos que el 10 por ciento y aún así la inflación fue del 36%, once puntos por encima de lo que J.P.Morgan proyecta ahora para 2025, cuando según un incipiente consenso entre gobierno y consultoras económicas la economía crecería en torno del 5% o incluso algo más.
IPCs de 2020, pero con crecimiento
Entre las distintas divisiones que componen el Índice de precios al Consumidor, cuya variación expresa la inflación minorista, la de mayor aumento en el mes fue Educación (5,1%), seguida de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,5%) por las subas en los alquileres y en las facturas de los servicios públicos. En el otro extremo, las menores variaciones de noviembre se observaron en las divisiones Equipamiento y mantenimiento del hogar (1,5%) y Alimentos y bebidas no alcohólicas (0,9%).
El IPC núcleo, la medida que más tienen en cuenta economistas y analistas profesionales, creció 2,7%, valor que también retrotrae a índices de 2020, porque fue el menor registro desde septiembre de ese año.