
Desde 2008, el Estado había subsidiado año tras año a la compañía para compensar la brecha entre los costos operativos y las tarifas que pagan los usuarios
22/04/2025 – 20:54hs

La empresa estatal Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), encargada del suministro de agua potable y cloacas en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, logró en 2024 cerrar el ejercicio con superávit, luego de 17 años consecutivos de déficit.
Desde 2008, el Estado nacional había subsidiado año tras año a la compañía para compensar la brecha entre los costos operativos y las tarifas que pagan los usuarios. Esa tendencia se revirtió el año pasado, impulsada principalmente por una fuerte suba de tarifas y una drástica reducción del gasto.
Las claves del superávit de AySA: aumento de tarifas y ajuste interno
La clave del giro financiero fue el aumento acumulado de tarifas del 317% en 2024. El proceso comenzó en abril de 2023 con un alza inicial del 209%, que triplicó las facturas, y luego se implementaron ajustes mensuales atados a la inflación. Desde enero de 2025, con la empresa ya sin necesidad de subsidios, el Gobierno dispuso aumentos automáticos del 1% mensual, a la espera de una nueva revisión tarifaria con audiencia pública.
El ajuste también alcanzó a la estructura interna de AySA. Unos 1.332 empleados -el 17% de la plantilla- aceptaron planes de retiro voluntario, superando el objetivo del 15%. Además, la compañía recortó drásticamente su plan de obras: más de 250 proyectos fueron suspendidos, lo que representa una reducción real del 85% en el presupuesto destinado a la expansión de redes de agua y cloacas. De ellos, 83 fueron transferidos a la Secretaría de Obras Públicas, municipios y la provincia de Buenos Aires.
AySA informó que en 2024 sus ingresos por servicios alcanzaron los $907.353 millones, un aumento real del 74,7% frente a los $519.378 millones del año anterior, gracias a la adecuación tarifaria y a un programa de mejora en la cobrabilidad y regularización de deudas.
En cuanto a los gastos operativos, la empresa reportó una caída del 7,5% en términos reales: pasaron de $690.063 millones en 2023 a $638.116 millones en 2024. Esto permitió triplicar la utilidad bruta, que subió de $145.796 millones a $446.104 millones. El resultado neto también mostró un cambio rotundo: AySA pasó de perder $382.859 millones en 2023 a ganar $48.288 millones en 2024.
Entre otras medidas de ajuste, la empresa redujo en un 27% su flota de vehículos, lo que disminuyó los costos operativos pero también afectó la capacidad de respuesta ante incidentes de mantenimiento y atención al usuario.
Rumbo a la privatización con el gobierno de Javier Milei
El Gobierno incluyó a AySA en la lista de empresas estatales sujetas a privatización, según el artículo 7° de la Ley de Bases. En ese marco, la compañía afirmó que avanza hacia un nuevo modelo de gestión eficiente, con participación privada y presencia en los mercados de capitales, bajo regulación de la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Desde Aysa, sostuvieron que la sostenibilidad de la compañía requiere reconocer el costo del capital y el pago de impuestos, tal como lo hacen todas las empresas reguladas. Al mismo tiempo, buscamos optimizar la estructura organizativa, mejorar la eficiencia y mantener el foco en brindar un servicio de calidad con inversiones sostenibles en el tiempo.