A pocos meses de comenzar la campaña electoral, Javier Milei contrató a 17 encuestadoras para realicen estudios de “monitoreo de la gestión y opinión pública”.
Los nombres de las consultoras que realizarán estudios para el gobierno son variados: van desde Aurelio, Analía Del Franco, Gustavo Córdoba, Opinaia, Demos, Tinargen o Barda comunicación.
La cercanía con el gobierno de Alberto de algunas consultoras no fue un obstáculo para ser elegidas en la gestión libertaria.
Al parecer, el gobierno busca suplir su falta de armado político con encuestas. Hasta ahora la mayoría de los estudios muestran que Milei logró mantener su imagen tras algunos meses de caída. El presidente mantiene fortaleza política, en teoría, por su gran apoyo popular.
Los gobiernos suelen contratar a las principales consultoras en la expectativa que esa relación comercial induzca a las casas de análisis de la opinión pública a presentar una imagen más favorable del oficialismo. Esta práctica alimenta suspicacias sobre los trabajos que que muestran un blindaje de la imagen presidencial en medio de la recesión.
Pero no todas las grandes firmas fueron contratadas por el gobierno libertario: Poliarquía, Synopsis, Opina argentina, Fixxer y Roberto Bacman no se presentaron en la convocatoria.
Por otro lado, a pesar de que presentó precios competitivos en casi todos los ítems, la Universidad Nacional de Tres de Febrero resultó excluída de la compulsa y se rechazó la queja presentada ante el gobierno. Esta decisión se da en el marco de la pelea de Milei y su ministra Sandra Pettovello con las universidades.
Las encuestas más baratas van de los 6 millones de pesos para un estudio telefónico para 500 personas a 90 millones las presenciales de 40 minutos de 3000 casos. Los focus groups de 6 a 8 personas y dos horas de duración se cotizaron por encima del 1,2 millones de pesos.
Según la licitación, el gobierno puede contratar los servicios de las consultoras durante seis meses que pueden extenderse otro semestre.