Los hermanos Javier y Karina Milei, Santiago Caputo, los senadores aliados y los gobernadores peronistas cerraron filas contra Victoria Villarruel y retomaron sus planes, revelados por LPO en exclusiva, para barrer a Bartolomé Abdala de la presidencia provisional del Senado.
Tras la expulsión de Edgardo Kueider, Villarruel terminó acorralada, entre las martingalas para impugnar la sesión que orquestó el asesor estrella del Presidente, la bronca de los legisladores que colaboran con Balcarce 50 y el olfato de los kirchneristas que quieren recuperar el poder que perdieron en diciembre del año pasado.
El rumor que recorría los pasillos del Congreso este viernes indicaba que “le van a sacar todo, entre todos, porque la quieren dejar dibujada”. Para eso, picaban en punta para relevar al puntano el jujeño Ezequiel Atauche, el cordobés Luis Juez y el salteño Juan Carlos Romero.
Atauche lidera la exigua bancada libertaria y, aunque en su entorno descartan que esté interesado en el cargo de su colega, sería de la preferencia de la secretaria general de la Presidencia. Juez, por su parte, cultiva casi una amistad con el jefe de Estado y, sea por sus chistes o su verborragia, se convirtió en su legislador fetiche.
Romero, en cambio, forma parte del interbloque Las Provincias Unidas (LPU), la invención parlamentaria del asesor estrella de Balcarce 50, y tiene el respeto de los despachos parlamentarios afines al gobierno pero también gozaría del respaldo de los gobernadores peronistas. “Romero puede ser funcional a las provincias, fue gobernador y lo conocemos hace 30 años”, resumieron cerca de un mandatario provincial del Norte Grande.
El golpe en ciernes despierta la indignación de alguno de sus protagonistas cuando se los consulta. De hecho, desde el entorno de Juez fueron tajantes para responderle a LPO acerca de la chance de que termine encumbrado: “de ninguna manera”, dijeron.
Atauche se encontraba este viernes en su provincia natal, donde participaba de un acto con trabajadores despedidos de Altos Hornos Zapla para los cuales logró que se les pague la indemnización 32 años después de su privatización. En su oficina, contestaron que no aspira a desplazar a Abdala pero un legislador libertario se burló del decoro que se recomienda por protocolo: “¿Y qué carajo va a hacer si lo llama Karina Milei y le dice que tiene que ir para tapar la línea de sucesión?”, lanzó.
En esa pregunta retórica está contenido el verdadero objetivo del batacazo contra Abdala: la Casa Rosada está obsesionada con la proyección de Villarruel y necesita aislarla, por un lado, y desbancar al único actor con poder que tiene. Si bien el senador por San Luis intenta dar muestras de equilibrio constantemente, la Vicepresidenta lo incineró esta semana cuando anunció por Twitter que con la firma del putano y la suya convocaban a sesión para tratar la destitución de Kueider.
Despojado de ese rol, Abdala quedaría reducido a senador raso, como Francisco Paoltroni pero acaso con más ingravidez. LPO informó que el formoseño se acerca a la radical Carolina Losada y amplía su armado, que podría servirle de plataforma a Villarruel en el futuro.
De hecho, la santafecina intentó arriar radicales afuera del recinto cuando se extinguía el cuarto intermedio que consiguió Romero para que el gobierno negociara con la oposición la suspensión de Kueider. Por más que lo haya negado después, fuentes al tanto de la conversación entre Villarruel y Losada en el Salón Rosa, ubicado detrás del estrado, la ex periodista llegó a celebrar el espacio de conversación para evitar que echaran al entrerriano: “Menos mal, a ver si logramos llevarnos un par”, la escucharon decir antes que se frustrara su empresa.
Losada puede ser un dolor de cabeza para Maximiliano Pullaro, lo mismo que Paoltroni para Gildo Insfrán. Precisamente por eso también emergen peronistas dispuestos a correr a Abdala y contribuir con el sitio a la vice: “Los gobernadores necesitan uno que negocie por ellos para evitar que les crezcan opciones del gobierno en sus territorios o les planten un Paoltroni”, graficaron.
Como sea, la cotización de Juez se diluyó este jueves, cuando ni siquiera se movió de su banca para acudir en auxilio del oficialismo cuando no le daban los números para salvar al entrerriano, mientras que Atauche no puede contener ni expresar una alianza más que con Karina y Lule Menem. Es ante esas cualidades de su competidores que Romero podría quedarse con el puesto de Abdala, aunque reniegue en público.
Un peronista del centro se ilusionaba con la recomposición de lazos entre caudillos provinciales, legisladores conservadores y dirigentes descontentos con la agenda del kirchnerismo. “Romero está con los gobernadores, tiene diálogo con la Rosada, comparte ideas con Milei y es un hombre del sistema, es el Pichetto del Senado”, soltó una fuente parlamentaria.
La operación se está preparando para la sesión preparatoria, que por reglamento se fijó el último día de febrero en que se pudiera convocar a los integrantes del cuerpo, pero tiene un condimento extra. Como la secretaria administrativa, María Laura Izzo, ya avisó que renunciará después de las peleas que tuvo con la Vicepresidenta, el Senado debe definir su reemplazo y el bloque de José Mayans está tomando carrera.
La pelea podría ser encarnizada si Villarruel decide poner a uno de sus últimos leales, el joven Juan Martín Donato, director de Atención Ciudadana y referente de los villarruelines de la agrupación La Derecha Argentina. “Si trata de imponerlo, detona todo y el peronismo hasta se podría quedar con la caja del Senado”, advirtió un experimentado funcionario de carrera.