El mercado cambiario brasileño vivió el lunes una jornada llena de tensión, pues a pocos minutos del inicio, el Real se desplomó hasta un 2,7% frente al billete verde para llegar a cotizar a R$5,86 por dólar. No obstante, con el correr de la rueda logró recortar parte de lo perdido inicialmente, para cerrar a R$5.74.
Cabe destacar que cuando tocó el punto más alto de la rueda, el dólar marcó un nuevo récord de cotización, superando ampliamente los R$5.74 alcanzados en octubre de 2020, que curiosamente coinciden con el cierre del lunes. Este derrumbe se debió a que el temor a una recesión en Estados Unidos llevó a los inversores de todo el mundo a deshacerse de los activos de mayor riesgo, para concentrarse en aquellos considerados más seguros.
Desde una casa de cambio consideraron que “el Real se debilitó como consecuencia de la salida de capitales que buscan mejor cobertura, en un contexto global de gran incertidumbre”. No obstante, agregaron que, “al igual que otros analistas consideran que estos movimientos que pueden lucir como traumáticos, son aparentemente bastante exagerados”.
Más allá de la recuperación exhibida sobre el final de la rueda cambiaria del lunes, si se consideraban los datos de la última semana, el dólar estadounidense registraba una suba de más del 1,9%, por lo que en el último año acumulaba un incremento del 16%, que en la rueda del martes bajó al 14,5%, pues el dólar retrocedió levemente hasta los R$5.66.
El impacto en la competitividad argentina
En materia de comercio bilateral, un dólar más alto en Brasil genera automáticamente para la economía argentina mayores importaciones y caídas de las exportaciones. Con esta nueva caída, el tipo de cambio real bilateral (TCRB), que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto a Brasil, cayó en la actualidad a su nivel más bajo desde noviembre de 2015, antes de la liberación del cepo en aquel momento.
Con el cierre de hoy, el índice que elabora el Banco Central con base en noviembre de 2015 = 100 se ubicaba en torno de los 79,65 puntos, lo cual implica una baja en lo que va del año del orden del 40 por ciento. Incluso, este porcentaje se incrementaría levemente si se toma el punto más alto de la serie, que fue en
Claramente esta abrupta caída en el tipo de cambio bilateral representa un claro problema para la competitividad de las empresas exportadoras argentinas, con todo lo que significa una apreciación del peso argentino frente al real, y resulta en una pérdida frente a la oferta de productos de Brasil.
Para tomar real dimensión del problema, cabe destacar que Brasil es uno de los grandes socios comerciales de Argentina, pues representa el 16% de las exportaciones y casi el 23% de las importaciones.
Según fuentes del sector privado, “en los últimos meses se están registrando dos procesos claramente antagónicos con respecto del valor de ambas monedas, ya que mientras Brasil viene devaluando el real a los niveles más bajos en dos décadas, el peso argentino viene acumulando una apreciación significativa”.
La pregunta que surge en el caso de Brasil, es por qué se devalúa su moneda y la respuesta la dan desde la consultora Analytica, cuando afirman que la depreciación del Real y el mantenimiento de la tasa de interés de parte del Banco Central responden al hecho que la inflación y el nivel de actividad en Brasil son superiores a lo que se esperaba”.
Para el exportador argentino, esta situación genera dos efectos que chocan entre sí. Por un lado un mayor mejor nivel de actividad impulsa las ventas, pero este potencial incremento se puede ver compensado parcial o totalmente por la devaluación del real.
“Un dólar fuerte en el mundo y un Real fuerte son una pésima noticia que meten más presión sobre la apreciación del peso argentino”, apuntó Elisabet Bacigalupo, de Abeceb, quien agregó que “si a lo anterior se suma que las reservas netas siguen siendo prácticamente inexistentes, ello genera presiones en un contexto donde la estrategia cambiaria está en el foco de las miradas”.